Poema al ayer

Te miras al espejo. Ves el reflejo de un momento que no está, que ya no está. Y su cara comienza a dibujarse por el cristal como un fantasma que aparece sin avisar, sin preguntar, y te llena de un no sé qué que te produce un sentimiento extraño. Quedas inmóvil ante la película que reproduce tu memoria. Tus ahogados recuerdos salen a flote intentando salvar lo poco que queda de ellos y de ti.
¿Cómo aprender a mirarlo desde el retrovisor? ¿Cómo intentar borrar sus manos sobre tu pelo en las noches frías de un invierno recurrente? Volteas tu cara como evadiéndote a ti misma. Y las lágrimas compiten por llegar a tu boca, así como él lo hacía mientras cerrabas tus ojos y te perdías en un mundo que él creaba para ti.
En un instante, un momento, los errores, los aciertos, los fracasos, los amaneceres, las mentiras sus detalles, el amor y sus miedos convergen en un relámpago que estremece tu memoria, sacudiendo cada pequeño recuerdo y para llevarlos hasta tu corazón, que ahora es cementerio de todas aquellos momentos que murieron por falta de ganas.
Miras hacia el cielo bañado de luces y te das cuenta que el presente no es más que la añoranza de un pasado que muere cada minuto, cada segundo, cada instante que pasas sin él.

Mi realidad

Mis fantasías, mis sueños, mis dramas y mi mente: todo está aquí.
Ofrezco mi cordial bienvenida a este espacio que no es más que una servilleta virtual, donde plasmo mis emociones cada vez que tengo la necesidad de estallar.