Nada más que una sentencia...

Tanto afán por olvidarte y maté mis ganas de luchar. Quizá me aferré a la idea de que un borrón y cuenta nueva me haría más feliz; que un corazón sin dolor latiría más fuerte y con más ánimos; que la brisa soplaría en mi cara sin dejarla fría por las gotas saladas que compiten por besar el suelo para morir ya de una vez sin tanto alardear su tristeza. Ahora que el olvido y tu recuerdo caminan de la mano, sigo igual. La soledad es la misma: se sufren las ausencias cuando se sueñan los abrazos, y se llora el espacio vacío de quien aún no toca la puerta. Quizás la ansiedad de tenerte se revirtió inesperadamente y le jugó en contra a tus miedos; quizás la perseverancia no fue más que un capricho disfrazado que se coló entre mis deseos y coqueteó con tus ganas. Borra de tu mente esa idea que comienza a dibujarse y que pone contra la pared aquel amor que un día te tuve. Deja de pensar que jugamos una carrera de olvidos, de heridas sanadas y de nuevos amores. Que solo te baste un instante de pasados en silencio absoluto para sentir lo que alguna vez fue palpable y que te construyó sonrisas, desesperación y futuro. Que no se diga más. En esta historia ahora sobran los por qués y hay derroche de nuevos amaneceres. No te hablan las heridas ni tampoco los pendientes; hablo desde la cima de una montaña que jamás creí poder escalar y donde ahora fundo las bases de un nuevo presente y un impredecible mañana.Doy por concluida la sesión entre tu última oportunidad y los restos de mi amor.

Mi realidad

Mis fantasías, mis sueños, mis dramas y mi mente: todo está aquí.
Ofrezco mi cordial bienvenida a este espacio que no es más que una servilleta virtual, donde plasmo mis emociones cada vez que tengo la necesidad de estallar.