Como un sol resplandeciente y eterno, así eres. Cada caricia tuya es una lluvia de amor que cae sobre mi. Tus ojos, cual liciérnagas vivas y brillantes, iluminan mi camino y mis pasos. Una suave melodía que enternece hasta al más fuerte, esa es tu voz. Quiero congelar cada momento en que me regalas una sonrisa, para que nunca se vaya. Día a día me regalas momentos de paz, de amor, de dulzura, de fuerza, de ti. Eres mi mejor remedio para afrontar los momentos en los que tengo ganas de apartar mis fuerzas y detenerme en un instante que sea eterno, para ti y para mi. Tienes la energía de miles de mares. Tú, y sólo tú, sabes lo que mi corazón siente. Porque nuestros corazones están unidos. Gracias por enseñarme que la vida es una lucha que hay que ganar. Y si caigo, tu fortaleza me levantará.... como siempre. Tu carácter, tus risas, tus llantos, tus momentos, se quedan en el espacio que ya no ocupa un cuerpo, pero que está a reventar con tu alma y tu amor.

Ahora eres un ángel. Cuídame desde ese lugar que Dios reservó especialmente para ti. En una estrella, la más brillante, la más bella, ahí te encontraré siempre que dude de tu presencia. El agua que sale de mis ojos no es producto del dolor. El llanto es el reflejo más visible de nuestros miedos. Y tengo miedo por no verte más.

Nos llegó la hora de decir "Adiós". Te veré en mis sueños y en mi corazón. Descansa, y no dejes que tu memoria se pierda en la niebla del tiempo. En mi ser quedan los momentos que vivimos, que, paralizados en el tiempo, serán mi tesoro más preciado hasta el día en que nos encontremos y no nos separemos jamás.

Abuela, te amo.

Mi realidad

Mis fantasías, mis sueños, mis dramas y mi mente: todo está aquí.
Ofrezco mi cordial bienvenida a este espacio que no es más que una servilleta virtual, donde plasmo mis emociones cada vez que tengo la necesidad de estallar.