
Es lo incierto de un futuro que se espera; es lo triste de un pasado que no está y un presente al que me aferro cada día; es lo martirizante de un corazón que dispara amor a dos blancos.
Necesito suturar la herida de esta piedra roja y buscar en un nuevo amor la cicatrización perfecta: sin secuelas, sin infecciones, sin efectos secundarios y sin intenciones de hacer una nueva.
Mi corazón está partido, literalmente quebrado y con la esperanza de que aprender a sobrevivir así no sea la solución. No se puede vagar por el mundo soportando la cruz de de sangre y amor que se forma con su recuerdo, tus ganas y yo.
Quiero sentir el amor que no divide, el amor que no se comparte, el cariño que llega inhundando de pasión y dulzura el cuerpo que no quiere vivir más.
Hace falta un sueño grande, una ilusión fuerte que borre las cenizas de un ayer dudoso con futuros inciertos que dejaron miedos regados el camino que hace falta reconstruir.